¿Que de qué estoy hablando? Pues del test de personalidad Myers-Briggs, basado en la teoría del psicólogo alemán Carl Jung, en cuyo libro Los tipos de personalidad (1923) aparecen por primera vez los términos extroversión e introversión referidos al modo de ser de las personas.
Las 16 personalidades del test Myers-Briggs |
¡Los introvertidos del mundo te amamos, Jung! ¡Buen intento, gracias!
Venga ya, que Jung no era tan guapo como el Fassbender |
Sin embargo no quisiera que esta entrada se alejase demasiado de lo que nos trae aquí, la enseñanza de lenguas.
Desde hace ya varias décadas, la personalidad de los participantes en un aula de lenguas ha dado pie a numerosos artículos realmente brillantes, en los que académicos e investigadores ponen de manifiesto la enorme importancia de la personalidad de cada individuo a la hora de aprender una lengua. Uno de los primeros artículos data de principios de los años 70, escrito por H. Douglas Brown:
Widespread interdisciplinary research in the affective domain of the psychology of language acquisition could lead to the construction of a comprehensive theory of second language acquisition as well as more effective approaches to language teaching. (Brown, 1973, p.1)
Brown, que era profesor de inglés como lengua extranjera en los Estados Unidos, fue uno de los precursores de la psicología aplicada a la enseñanza de lenguas. Inicialmente, esta nueva área del saber se utilizó como herramienta para estudiar al discente, en aras de mejorar la metodología de enseñanza ajustándola a la necesidad del aprendiente. Durante las décadas venideras, los 80, los 90 y, sobre todo, la primera década del s. XXI, conocer la personalidad del estudiante y entender el aprendizaje como un proceso individual (estamos hablando siempre de lenguas) se convirtió en una prioridad, o, al menos, en una bonita utopía. Otro día os hablo de cómo durante estas décadas NADIE se ocupó de estudiar la personalidad del docente de lenguas y nos reímos todos...
Pero de lo que realmente me gustaría hablar en esta entrada del blog, disculpad la extensa introducción, es la implicación que supone para un profesor de idiomas tener en cuenta la personalidad del alumnado.
En mi primer máster de profesorado, se nos dijo sin demasiados rodeos: cada país tiene su personalidad. No esperéis grandes dosis de dramatismo y creatividad de los estudiantes del este asiático, porque se sienten más cómodos estudiando gramática. Ni se os ocurra llevar al aula estadounidense terminología tan sencilla como verbo, preposición o adverbio; vuestros alumnos de Ohio no sabrán de qué les hablas. Sed creativos, espirituales, coloridos y divertidos en el norte de Europa...
Ahora que ya tengo algunas tablas en el asunto, comienzo a entender que mis profesores no iban mal encaminados. Mi reacción inicial a estas recomendaciones fue rechazo absoluto. Pensé: clichés y nada más que clichés. Y algo de eso hay, sí, sí. Pero...
Me gustaría contaros mi experiencia con algunas actividades que utilicé en una universidad estadounidense, una universidad china y una universidad italiana. Que cada uno saque sus propias conclusiones luego.
En Estados Unidos, fui profesora durante dos años en la University of Southern Mississippi (Southern Miss, to the top!)
Os presento a Seymour, la mascota de los Golden Eagles |
Cogemos un avión y volamos al norte de China. Universidad Normal de Harbin, la ciudad de hielo y nieve.
Muy chulo el logo, pero 30º bajo cero de noviembre a abril :( |
Mis alumnos chinos eran diferentes a los estadounidenses de una manera muy evidente. Aunque tenían la misma edad, los chinos eran menos maduros, yo tenía un trato con ellos más de maestra-pupilos y menos de tú a tú, como en Misisipí. Les llevé una actividad en la que debían preparar un guion para representar una obra de microteatro y la clase se volvió loca. Se volcaron hasta tal punto con la actividad que no quisieron salir al descanso y continuaron trabajando y preparando sus propuestas hasta que acabó la clase. Cuando estrenamos las obras, fue espectacular. Nadie sentía vergüenza, todos actuaron dándolo todo y os prometo que nos reímos hasta que nos dolieron las costillas.
Más aviones, volamos a Italia. Univesità di Cassino e del Lazio Meridionale. Allí hice mi lectorado.
Donde vosotros veis un sol, yo veo una pizza |
Cuando llegué, pensé que mis alumnos italianos, que eran, efectivamente, encantadores, sociables, amabilísimos y elegantes (esto no es un cliché, ¡lo juro por Arturo!) serían felices siendo los protagonistas de la clase, saliendo a la pizarra, interviniendo, actuando, incluso quizás cantando. Preparé una actividad (y menos mal que esta lección la aprendí al principio) para practicar el estilo indirecto en la que parte de la clase veía un corto y parte salía del aula para volver a entrar y que el resto les contase la historia. ¿Parece sencillo, verdad? Pues no. Surgió la vergüenza en cuanto expuse el enunciado. No les daba vergüenza salir de la clase, sino tener que estar parados frente a los demás en la palestra. Me lo dijeron sin cortarse: no profe, así no queremos. Bueno, hubo un alumno (payasetes de la clase, es que no sé qué haría sin vosotros) que se encogió de hombros y dijo, venga. En seguida les permití volver a sentarse y realizar la actividad desde el anonimato relativo de sus pupitres. Lección aprendida: tanta elegancia viene con un precio; prefieren no exponerse, nunca, ni por un momento.
Mi conclusión es que la introversión, la extroversión, la sociabilidad tienen diferentes significados en diferentes lugares. No solo se trata de sociedades tan dispares como las que he presentado, también cada grupo tiene su contexto, su ambiente, sus vibraciones.
Creo que, como profesores, parte de nuestro trabajo consiste en tantear esta idiosincrasia tan particular de cada clase, en cada país, en cada alumno y adaptar nuestra metodología y nuestras actividades de modo que permita a los estudiantes sacar lo mejor de sí mismos. Yo me pongo el cinturón de seguridad, por que voy a fallar muchas veces, muchas. Pero mis errores serán mis lecciones y no pienso desaprovecharlas. De verdad, vale la pena.
Para leer más:
BBC News: ¿Es cierto que los países tienen "personalidades"?
Test Myers-Briggs: 16 personalidades
Bibliografía
Brown, H. D. (1973). «Affective variables in second language acquisition». Language Learning 23(2), pp. 231-244.
Jung, C. G. (1923). Psychological Types, or, The Psychology of Individuation [H. Godwin Baynes, trans.]. Nueva York: Harcourt, Brace & Company.
Desconocía el test que mencionabas al principio y me parece un tema muy interesante. En cuanto a la psicología aplicada al aprendizaje de lenguas, es curioso que realmente nos centremos solo en el alumnado y no en pensar en cómo nosotr@s mism@s. Al fin y al cabo, eso va a ser un factor más que relevante en el proceso de enseñanza/aprendizaje y, posiblemente, esa reflexión ayudaría a mejorar muchas clases.
ResponderEliminarNo obstante, lo que más me ha gustado han sido las experiencias que has compartido, ya que me han hecho ver las cosas de otra manera. Es decir, sí, conocía la "teoría", pero creo que a veces un ejemplo puede llegar a ser más esclarecedor que cualquier apunte teórico. Si finalmente decido hacer un lectorado o ser auxiliar de conversación, tendré muy presente tus experiencias. Muchas gracias por compartirlas, me ha encantado tu publicación :).
Gracias a ti por el comentario, Lara!
ResponderEliminarAntes de nada, Paz, decirte que me encanta la forma en la que has narrado las historias. Tan amena como informativa. Y estoy de acuerdo con Lara en que esto nos sirve de guía a los demás. Al final "el movimiento se demuestra andando", así que, fruto de la práctica es donde se hace el maestro. Y, efectivamente, la diversidad de alumnos es tan extensa..., incluso dentro de un mismo aula, de un mismo curso y de un mismo país, como bien indicas. Creo que es tan necesaria la observación y la comprensión de la personalidad, conducta y circunstancias que rodean a los educandos como lo puede ser trabajar lo cognoscitivo. Y esto, desafortunadamente, no te lo enseña nadie, esto se aprende "andando".
ResponderEliminarNos olvidamos de esta parte, constantemente, y es, a mi juicio, la más importante de todas.
¡Tu aportación me encanta!
Muchísimas gracias :D
Eliminar¡Hola Paz! ¿Dónde hay que firmar para que sigas escribiendo estas entradas tan entretenidas y, a su vez, educadoras? Bromas a un lado, qué aspecto tan interesante has escogido para tratar: las personalidades de los estudiantes y las personalidades de cada habitante de diferentes países. Sin embargo, estés donde estés lo importante dentro de un aula es el alumno/a, y que este se sienta cómodo y, como tú dices, pueda sacar lo máximo de sí mismo. En esa situación, estoy segura que el docente tiene mucho que aportar, ya sea a través de sus actividades o de su propia personalidad.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Muchas gracias, Estela, me alegro que te haya gustado la entrada :)
Eliminar¡Qué entrada más chula, Paz! Me ha encantado leer esas experiencias y la reflexión que se encuentra tras ellas. En primer lugar, me ha parecido superinteresante la teoría psicológica de Jung y su defensa del introvertido, aunque, como bien dices, el autor solo ha conseguido una mínima parte de lo que se debería. Asimismo, me ha sorprendido (para mal) que no se haya estudiado en ningún momento la personalidad del/de la docente de idiomas, pues es un aspecto fundamental y que tiene incidencia directa en el desarrollo del alumnado.
ResponderEliminarCuando llegué el tema de las «personalidades» de cada país, mi reacción fue la misma que la tuya en un principio: ¡cuánto cliché!, pero a medida que avanzaba en la lectura, tus anécdotas me recordaron una experiencia... A diferencia de ti, yo no he ejercido nunca de docente, y mi vivencia más internacional tuvo lugar hace tres años, cuando estuve de Erasmus en una universidad de Londres. En mi resi había personas de todas las nacionalidades y, aunque sí que existen muchos estereotipos, es cierto que se nota la diferencia de personalidades en función del país de origen. Español@s e italian@s éramos los más parecidos, mientras que l@s nórdicos eran más «correctos» y l@s asiáticos muy agradables y responsables, pero más reservad@s. Incluso había una chica australiana que, no nos vamos a engañar, era australiana de libro, jajajaja. Pienso en cómo sería impartir clase de español a cada uno de mis compis y puedo imaginarme que cada clase sería una experiencia totalmente distinta.
En conclusión, concuerdo contigo en el hecho de que, como docentes, debemos adaptarnos a la idiosincrasia particular de cada clase y que debemos buscar los métodos más adecuados para conseguir que nuestro alumnado aproveche al máximo nuestras clases y aprenda todo lo esperado. Muchas gracias por hacerme reflexionar, ¡aunque ahora me da más miedo si cabe ser profe! Pero como tú dices, vale la pena. Un abrazo :)
¡Todas las experiencias cuentan, Uxía, claro que sí! Gracias por tu comentario :)
EliminarOla Paz,
ResponderEliminarPrimeiro quería darche a noraboa por esta entrada, pareceume moi interesante, informativa e realmente entretida de ler :).
Creo que nesta entrada achegas unha reflexión moi importante sobre a necesidade do/a docente a amoldarse ás características do alumnado/país/cultura/aula cos que se atopa. Eu, como persoa altamente introvertida, fun unha alumna menos participativa, calada e tímida nas aulas, e por iso penso que tendo a estar pendiente deste tipo de comportamentos no meu alumnado e adaptarme a eles. Como anécdota persoal, só quería comentar que, curiosamente, a miña personalidade e rol como docente son completamente opostos dos que teño como alumna/estudante. De feito, cando dou clase é como se estivese a actuar e o meu rol fose extrovertido e confiado. Non sei se isto é algo que lle pase a outra xente ou se é único a min, algo así coma un mecanismo de defensa ante o descoñecido! Ogallá, como dis ti, que algún día se investigue un pouco máis a personalidade dos docentes para poder crear metodoloxías e estratexias que se adecúen tamén ás súas necesidades.
Unha aperta!
Ai, Ildara! Os docentes coma ti son o meu obxecto de estudo para a miña tese! Claro que hai máis coma ti: eu mesma! A min a docencia atráeme precisamente por iso, porque dame unha oportunidad de sair da miña coraza intro e socializar.
EliminarAlégrome de que me digas que a ti tamén te pasa algo semellante, somos moitos!
Grazas
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ResponderEliminar¡Hola Paz! ¿Qué decirte, que no te hayan dicho ya? Eres maravillosa, y leerte es sinónimo de aprendizaje continuo. Me ha gustado mucho tu entrada y la manera tan natural en la que te expresas.
ResponderEliminarYo, que todavía estoy muy verde en esto de la docencia, desconocía totalmente la teoría de Jung. Me parece una teoría muy necesaria, puesto como tú dices, el mundo está hecho para los extrovertidos. Cuando me fui de erasmus a Chester, en Inglaterra, pude comprobar de primera mano esta diferencia de personalidades. ¡Lo mucho que me costó entablar una amistad profunda con mis compañeras de residencia inglesas!
La extroversión y yo, no somos muy amigas, por lo que me he sentido muy identificada en tus palabras.
Es de vital importancia conocer al alumnado, puesto que cada cultura es un mundo sí, pero cada grupo-aula también lo es. Yo, como ha dicho Ildara, también me considero una persona un tanto introvertida, y eso siempre juega malas pasadas (como has explicado con tus experiencias en diversas universidades). Como lo he vivido, y sé lo que es en muchas ocasiones no participar (cuando me gustaría) por vergüenza, inseguridad o timidez, sé que en mi futuro como docente, uno de mis propósitos principales será conocer al alumnado y adaptarme a ellos. Creo que esto debería ser misión de todos los docentes, y poco a poco, ir encontrando el camino adecuado. Tus experiencias te han hecho conocedora de muchas situaciones en las que se podría mejorar, y ¡las que quedan!. Ojalá tener en un futuro tanto bagaje en el mundo de la docencia como tú, e ir enriqueciéndome de todas estas prácticas. Y tampoco debemos olvidar, como tú dices, la personalidad del docente... ¡Aún queda mucho por hacer!
Si el próximo curso me voy de auxiliar de conversación, pondré en práctica todas estas cuestiones.
Un abrazo :)
Jo, gracias a todas por vuestros comentarios. Me estáis ayudando mucho a entender que no es tan raro ser profesor introvertido. De verdad, me alegro de que os sirva de algo. Saludos!
EliminarEnhorabuena por la entrada, Paz, además de interesante es muy divertida y entretenida de leer. ¡Qué bien narrado! Yo, al igual que mis compañeras, también desconocía ya no solo la teoría de Jung, sino también el test de personalidad de Myers. Me ha dado tanta intriga que no he podido resistirme a buscar más información por internet sobre ello y ¡acabé haciendo el cuestionario de 64 preguntas! Me dio como resultado el tipo ENFJ, parece ser que soy extrovertida (31%), intuitiva (34%) sentimental (16%) y juiciosa (25%). ¡Muy interesante! Jung igual no arregló las cosas, pero ¡gracias a su teoría y al test de Briggs Myers me he entretenido bastante! Ja, ja, ja.
ResponderEliminarTu anécdota sobre la presentación en español a la vieja usanza en la University of Southern Mississippi me recordó a una experiencia que viví durante mi estancia en Malta. Había ido para estudiar inglés e hice unas amistades excelentes con turc@s, corean@s, italian@s, colombian@s y, por supuesto, español@s de todas partes. En mi último día, Kosuke, un coreano con el que había hecho una bonita amistad me regaló el típico abanico tradicional coreano hecho a mano, precioso. Me hizo tanta ilusión que mi primer instinto (entre la emoción de la despedida y el regalo) fue volar por los aires el largo puente que distancia la cultura coreana y la española y darle un pedazo de abrazo. El pobre Kosuke sabía que esa acción formaba parte de mi cultura y sonreía forzado (estaba contento porque era consciente de que mi reacción era de cariño, pero estaba el pobre más tieso que un palo, pobrecillo). Al momento me di cuenta de que me había saltado las barreras culturales de un plumazo y le pedí mil disculpas. A rasgos generales, los típicos estereotipos se pueden cumplir, pero es cierto que luego la introversión o extroversión varía según la persona, ya que, posteriormente, durante mi estancia en Alemania conocí a una coreana muy cercana a la que no le asustaba tanto el contacto físico que solemos emplear l@s españoles.
En definitiva, Paz, una entrada muy interesante, de las mejores que he leído, ¡gracias!
Jajaja, ¡ay, Vanesa! Seguro, pero segurísimo que me habría pasado lo mismo, ¡hay tantas anécdotas de este tipo! Un saludo y gracias por el comentario!!
EliminarBoas Paz!
ResponderEliminarIncreíble, non teño palabras para describir o interesante, entretida e informativa que é esta entrada. Como as compañeiras, descoñecía o test de personalidade de Myers-Briggs e tamén a teoría de Jung, de feito tras ler a túa entrada quedei con ganas de máis e investiguei algo máis pola miña conta.
E, que dicir da túa experiencia coa docencia noutros países? Pois simplemente é sorprendente, quen me dera a min ter toda a túa experiencia. Como dis e demostras a través da túa propia experiencia como profe, penso que as características da personalidade do alumnado depende das circunstancias culturaias do país no que se viva. Como futuras docentes penso que é importante ter en conta os costumes e características particulares das e dos estudantes dos lugares onde ensinemos, pero tamén penso que é importante sacalos un pouco da súa "burbulla" (sen excederse) para que coñezan e proben cousas novas. Ti que opinas?
De novo, parabéns pola entrada, Paz.
Saudiña! :)
Jo, moitas grazas, Paula! Lin esta entrada ainda agora...
EliminarOla, Paz!
ResponderEliminarA miña máis sincera noraboa por esta entrada tan orixinal e tan instrutiva. Que gusto lerte. Apúntome agora mesmo o libro de Jung que mencionaches: non sabía que fixera unha defensa da introversión, pero sen dúbida o que destacas é certo: o mundo é dos extrovertidos e para os extrovertidos. Porén, non é a realidade de todo o mundo e ter unha metodoloxía enfocada cara un tipo de prácticas que só consideren a existencia dun tipo de personalidades é moi limitante para todo aquel que, polo que sexa, non as comparta. Quen fala de extroversión/introversión, pode falar de calquera outra característica persoal. Por iso non podo estar máis de acordo contigo en que a gran labor do profesor debe ser coñecer e recoñecer a individualidade dos seus alumnos e ser capaz de sacar o mellor deles. É moi fácil ignorar, volvendo ao teu exemplo de introvertido/extrovertido, e homoxeneizar a clase sen atender ao potencial que teñen ambas as dúas formas de amosarse cara o mundo, e deixar ao outros alumnos privados de comodidade ou de explotación productiva da súa propia morfoloxía en termos de comportamento. Paréceme interesantísima a túa experiencia en distintos lugares do mundo e como o alumnado de distintas comunidades reaccionou ás actividades, sen dúbida, exemplos claros de que a comprensión cultural é o primeiro paso cara o achegamento individual.
Unha aperta!
Sofía